Crítica: Crepúsculo (* *)

Crepúsculo: 5 (* *)
Lo sé, Clone Wars, HSM 3 y ahora Crepúsculo. Desde luego no es una semana de gran cine, pero todo será solucionado cuando este domingo por fin vea Gomorra.
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En fin, que decir de este famoso Crepúsculo.

Lo primero, decir que me leí la novela (en contra de mi voluntad, por una apuesta que hice con una amiga). Y la novela me resultó terriblemente tediosa (será por eso de que basicamente la novela está enfocada a chicas adolescentes hormonadas).

Y la película, pues lo mismo.

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La vi porque una amiga mía me convenció para verla.

Y me ha resultado igual de tediosa que el libro.

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Sin embargo, la apruebo por la única razón de que todas las chicas adolescentes hormonadas de la sala salieron tremendamente felices y encantadas con la película. Así que por lo menos, la película deja satisfecho al público al que va dedicado, lo que le da el aprobado.

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Y punto. Nada más.

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Los vampiros son despojados de todo el goticismo que normalmente poseen, y aquí nos los dejan caer más bien como unos vampiros que quedarían monísimos en el anuncio de algún perfume.

Nos les ponen con unos cochazos tremendos, y una casa superavanzadísima y lujosa.

¡Ay madre! Si la mano de Tim Burton hubiese caído en este proyecto, que diferente y que bien hecho que habría sido todo.

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En fin, la historia, pues bueno, cursilona, y tal, como en el libro. Pero por lo menos, aquí el tedio es menor, ya que en el libro, prácticamente la acción no empieza hasta el último cuarto del libro, y aquí, a la hora de metraje, ya empieza todo lo interesante.

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Los actores, intentan hacerlo bien, pero fallan estrepitosamente. Kristen Stewart en algunos momentos se la ve cierto talento, pero es opacada por un tronco de madera llamado Robert Pattinson, que será todo lo guapo que el quiera, y las chicas de la sala gritaban como locas cada vez que aparecía en escena, pero que lo de controlar su expresión no lo capta. A parte, de que el equipo de maquillaje ha hecho estragos en su caracterización.

Los secundarios, pues también lo mismo: actores y actrices guapísimos, que todos valdrían para un anuncio de Tommy Hilfiger, pero que lo de actuar pues les queda justito.

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Efectos especiales realmente pobres, y un montaje debilucho. Una fotografía que intenta ir de guay y cautivadora, pero se hace mareante (me mareaba en la escena en la que la cámara se pone a dar vueltas alrededor de un árbol en el que estaban subidos los protagonistas). Lo único salvable es la música. A parte de la famosa "Nana de Edward" (que, todavía no se por qué, pero no aparece en toda la película, y eso que era la melodía publicitaria), nos ponen unos temas bastante chulos, y el "Clair de Lune" de Debussy, que lo metas donde lo metas, siempre queda bien.

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Pero lo peor de la película es su directora, la señora Catherine Hardwick.

Que, inocente la pobre, se cree que lo que hace es lírica hermosísima, pero lo que hace es dar vergüenza ajena. Frases y diálogos que intentan ser filosóficos pero provocan la risa. Flashbacks que no vienen a cuento. Miradas de los personajes que no hacen más que llevar al ridículo. Momentos que intentan ser románticos pero acaban siendo demasiado dulces y pastosos.

En fin, que esta señora creía que lo estaba haciendo todo bien, pero la pobre se ha pegado un golpe...

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Lo Mejor: que todas las chicas adolescentes hormonadas salieron más que satisfechas de la sala.

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Lo Peor: que para todos aquellos que no pertenezcamos a ese grupo, la película nos resultará absurda, ridícula y tediosa.

viernes, 12 de diciembre de 2008